El domingo pasado decidí junto a mi amigo Antonio, hacer una salida de pesca desde pato para buscar los grandes black bass del embalse de puente nuevo.
Llevaba mucho tiempo ya con ganas de ir, pero la mayoría de las veces pasa que cuando tienes muchas ganas de algo es cuando más se complica la cosa. Ahora os cuento porque…
Decidimos salir más temprano que de costumbre para aprovechar la mañana, puesto que en este tiempo aguantar hasta después de las 12 de la mañana, encima del pato y sin una sombra… es difícil. Recogí a Antonio a las 5.30 de la mañana y salimos para el embalse de puente nuevo, más conocido como La Térmica, por la central térmica la cual usa el agua del embalse para refrigerar el generador. Como siempre hicimos la parada de rigor para desayunar, esta vez el desayuno fue en el bar de la gasolinera Repsol que está en la carretera Granada Badajoz, N-432, Km 266. Os recomiendo una tostada de zurrapa de lomo en pan de chapata que esta criminal.
Voy al lío que me enredo y no llegamos al agua… jajaja.
Llegamos al embalse y buscamos la bajada de un antiguo embarcadero, que está muy bien cuando hay nivel de agua, pero que en estos momentos sirve de poco pues el agua queda a unos 20 mt y con un cortado de piedra bastante complicado de bajar con el pato. Dejamos el coche en el acceso del mismo embarcadero y descargamos los patos. Empecé a montar la bandeja, la sonda, me puse el vadeador y en ese momento en el cual ya estábamos listos para empezar la complicada bajada hacia el agua llegaron dos pescadores. Nos paramos a hablar con ellos, y gracias que nos paramos… Uno de los muchachos nos dice, “¿oye ya se pueden echar los patos aquí? Si lo se me traigo el mío”. A lo cual me quedo con una cara de “gilipollas” que os podéis imaginar. Le pregunto (muy listo yo), “¿entonces no se pueden echar los patos aquí?” Y nos cuenta el chaval que desde hace unas semanas el Seprona llega y saca del agua a los que están con patos, porque lo han prohibido. Antonio y yo nos quedamos mirándonos unos instantes como diciendo, pero qué coj… ya hemos hecho el tonto. Después de hablar un rato con ellos, nos decidimos por salir pitando para Navallana que es lo que nos pillaba “más cerca”, yo con mi vadeador puesto, más vale prevenir jajaja.
Después de 45 minutos de viaje… llegamos a Navallana, pero cuando el día empieza mal…
Volvemos a montar los patos, y nada más entrar al agua escuchamos… crashh. En ese momento vemos como la bandeja/cañero del pato de Antonio se cae al agua con las dos cañas y algún material más, nos quedamos los dos callados como intentando no cagarnos en todo. Pero Antonio no se viene abajo, desmonta la parte del cañero con la bandeja, coge solo una caña y continuamos para poder dar el día como sea.
¿A qué piensas que en ese momento deberíamos haber recogido y hacer una sesión de Barfishing? Pues no, aunque un poco tocados visto como se nos presentaba el día, seguimos cual guerreros troyanos. Au au au, o algo así…
Empezamos a lanzar y en mi segundo lance, probando un Swimbait de 18cm, escucho trasss, y vuelve mi maravillosa cara de gilipollas. Línea partida y Swimbait al fondo, mejor estreno imposible. Sí, no te rías, que el vuelo fue perfecto, la parábola magistral y la entrada al agua muy limpia, yo creo que 10 puntos se merecía según el sistema de puntuación de salto de trampolín olímpico. Antonio me mira y dice “hoy tenemos la negra”.
Imagínate, en ese momento se me empieza a hinchar la vena, pero…, me paro a pensar un segundo y digo, bueno, que se le va a hacer, habrá que aprovechar el día de relax en el agua.
Vuelvo a montar y me doy la vuelta cuando escucho a Antonio maldecir su nueva línea de nylon especial para carretes de casting. Le pregunto ¿Qué pasa Antonio? Y me cuenta que la línea que le recomendaron y tan buena pinta tenía no dejaba de darle problemas y enredos en el carrete. Después de algunos enredos más, apenas le quedaban 15 metros de línea en el carrete, se da cuenta de que la línea no es la culpable y el carrete se queda frenado cuando le parece. Me dice, yo me voy, te espero en el coche.
“En estos momentos los guerreros troyanos ya empezaban a pensar en la retirada…”
Yo le digo, te acompaño hasta el coche y coge la otra caña para aprovechar que está muy fresca la mañana y lo mismo aun hay posibilidades de sacar algún que otro Bass. Me dice que si pero no muy convencido. Aprovechamos para hacer una parada técnica porque echar una meada con el vader puesto y encima del pato es difícil.
Ya listos, con el depósito vacío y con la caña de repuesto volvemos al agua, ¿volvemos? ¿Pero dónde está Antonio?, me giro y me dice que antes de nada va a echar unos lances desde orilla que no se fía ni un pelo visto lo visto, y mira por donde, lanzar y picada. Bueno, algo es algo, parece que se empieza a enderezar la jornada. Vuelve a lanzar y otro más, y ya le digo, voy a dar una vuelta rápida con la sonda a ver si damos con ellos en un poco más de agua.
Empiezo a darle a las aletas buscando más profundidad y alguna estructura o cobertura donde pudiera estar al acecho algún buen pez, pero nada. Una playa muy limpia sin nada en el fondo donde hubiera signos de vida. Sin darme por vencido, sigo buscando más profundidad hasta llegar a los 21 metros cuando veo un banco de “peces supuestamente grandes” que dudaba mucho que fueran bases, aunque como la sonda la he usado 5 veces, cualquier cosa podría ser. Lanzo mi lombriz de 8 pulgadas, que más bien parece una anaconda y picada que solo queda en eso. Vuelvo a lanzar y otra picada más, pero parece que no pueden embocarlo bien. Entonces pienso que pueden ser carpas o algún barbo.
Me dispongo a cambiar y monto un Lipless, pongo la sonda en modo pesca vertical y… Sí, te estarás preguntando que sonda es la que se pone en modo pesca vertical, pues ninguna, y con la poca idea que yo tengo solo de haber visto algún video pues la configuro como dios me da a entender y ahora si… lanzo el Lipless y veo como mi señuelo va bajando hasta la altura del banco de peces y cuando llega a su altura empiezo a mover la caña de arriba a abajo. Y de pronto, un tirón impresionante, la caña con el puntero en el agua y el carrete soltando línea a más no poder. Un buen lucio o barbo se acababa de zampar mi Lipless.
Empieza entonces una lucha que se prevé larga con el que posiblemente fuese mi récord desde pato. No sé cuántos minutos pasaron, pero se me hicieron una eternidad. En cada embestida, el pez sacaba más metros de línea de los que yo le podía recuperar, no quería cerrar más el freno del carrete porque podía rajarle la boca y además del daño, perder mi posible récord desde pato.
Al final, no con poco trabajo, conseguí acercarlo hasta el pato. Entonces vi que era un Barbo, un señor barbo, “al menos para mí” pues como Antonio y yo predecíamos desde el momento de la picada, fue mi record de Barbo desde pato.
Como Antonio no llevaba su sonda aún instalada, le dije que se acercara a mí para intentar sacar otra captura, pues estábamos encima de un banco de Barbos, los cuales estaban atacando a una inmensa bola de Alburnos. Dejó caer su Lipless… ¿no esperaríais que probáramos otro cebo no? Jejeje, y cuando llegó a la altura de los Barbos le dije “ya lo tienes” Antonio se me queda mirando como diciendo ¿pero qué cojon..? Y sin tiempo a más de pronto tenía una picada en su caña. Era otro buen Barbo que le dió una gran pelea también.
Después de esto estuve siguiendo las bolas de Alburnos, y aunque seguía viendo como los Barbos los atacaban en la sonda, no conseguí picada alguna.
Si me lo permites te daré un consejo. No te des por vencido en ninguna sesión de pesca. Mira lo mal que empezó para nosotros el día y al final tuvo su recompensa. Nos vemos en el próximo post.
¡Hey!, espera.
Si en alguna sesión de pesca empezaste con mal pie pero luego mereció la pena, déjame un comentario.
Un abrazo y buena pesca.
Buen relato Juanjo. Enhorabuena por tu vena literaria
Muchas gracias, aunque se me da mejor pescar que escribir, jajaja.
Un abrazo y buena pesca.
Otro gran artículo! Deseando probar uno de esos barbos de los que hablas. Un saludo
Muchas gracias, pues cuando te apetezca te vienes a ver si somos capaces de coger alguno.
Un abrazo y buena pesca.